miércoles, 7 de febrero de 2007

El primer día de Spinning

Después de más de 6 meses realizando Spinning o ciclo indoor hablo del primer día de Spinning. ¿Y por qué a estas alturas?

Primero decirles que no voy a hablar de MI primer día, sino del primer día de Spinning de un compañero de trabajo en Ondara. Que fue el pasado Viernes 2 de Febrero.

En una ocasión pude leer la vivencia de un tipo que describió su primera clase de Spinning, terminé a carcajadas ya que muchas de las cosas que allí contaba me habían sucedido exactamente en mi primera clase.

Lo normal en una primera clase de Spinning es:
  • No terminar o estar a punto de morir.
  • Llevar una botella de 33cl. de agua y pasar más sed que un pez en el desierto.
  • Creer que como ya realizas algún deporte estás fuerte y eso está superado.
  • Si ellos lo hacen (gente mayor, chicas muy delgadas o no tanto...) a mi no me va a costar.
  • Las agujetas hasta una semana después no se te van.
  • Y bueno del tema del sudor ya ni hablemos, después de este tiempo sigo sudando tanto como el primer día, así a ojo como un litro seguro que cae.

Y que pasa, llega un día que conoces a alguien que te dice que será su primer día. Jeje! por fin ya no soy el novato, le puedo dar consejos. Y sobretodo cuanto nos reiremos.
PUES NO! Esas cosas sólo te pasan a ti. ¿Y por qué? Se me ocurren algunos teoremas relacionados con la teoría Murphyana fácilmente demostrables con alguna idea feliz. Pero no es el objetivo de este post.

A lo que iba.
Pongamos que este compañero se llame Vicent (nombre muy frecuente en la zona).
El primer día de Vicent... viernes (que la sesión suele ser más fuerte). La primera cosa es que no puedo ir a su misma clase, voy a la hora de después pero ya intento llegar pronto para ver como termina. Me asomo por el cristal pero no se ve nada (bien todo empapado de vaho, menuda caña les ha metido), veo a Joan que conoce a Vicent y me lo señala, jeje va bien el asunto.

La gran decepción fue cuando lo vi salir apenas sudado con una sonrisa diciendo: "creo que de tanto que me habéis advertido no me he esforzado demasiado". El tío llevaba agua, toalla, ropa adecuada, no estaba muerto y además había seguido bastante bien la clase no perdiendo demasiado la coordinación. Igual exagero, pero su primera clase no se puede comparar con la mía.

Hoy empezaba a asumir que tenía agujetas así que...

Conclusión, siempre creemos que a los demás les va mejor que a nosotros. O lo que es lo mismo los otros disimulan mejor.

No hay comentarios: